Un municipio con duende
Muchos de los topónimos que nombran a nuestros pequeños núcleos urbanos podrán parecer curiosos: El Salado, Ricabacica, El Partidor, Mahoya, Macisvenda, Barinas… algunos provenientes del árabe, o por poseer una construcción donde se dividen o “parten” las aguas para regar, otros como El Salado, por la geología de su tierra… Por cierto, si te invitan a ir a “Los Martínez”, quizá este nombre no lo encuentres en el mapa, se refiere a la Cañada de la Leña, una pedanía que es más conocida por el nombre de “Los Martínez” debido a que fue , y sigue siendo, una zona de asentamiento histórica de valencianos y sus primeros pobladores se apellidaron así, de hecho, que nadie se extrañe si una vez allí, o en la vecina pedanía de El Cantón, les oyen hablar en valenciano.
Abanilla
Abanilla, casco urbano
Hoy día, todavía son visibles reminiscencias de la arquitectura medieval en el entramado del casco histórico, sinuosas calles en adarve, estrechas y perfumadas con los aromas de la cocina tradicional conducen, a quien la visita, en un placentero viaje al pasado donde parece haberse parado el tiempo.
El Lugar Alto con los restos de lienzo de muralla de la alcazaba árabe, la monumental imagen del Sagrado Corazón de Jesús, la fuente de la Calle Mayor decorada en llamativos azulejos, el lavadero público todavía usado por la gente del lugar, la Plaza del Ayuntamiento, la barroca Iglesia de San José, la Casa Cabrera, la Casa Pintada – palacios-residencia de los Comendadores-, la Casa de la Encomienda, lugar donde se recaudaban los diezmos apara la Orden…Todos estos edificios fueron mandados a construir por la Orden Militar y Religiosa de Calatrava, formación que permaneció en Abanilla poco más de cuatro siglos, probablemente fueran ellos quienes también trasmitiesen la tradición de adorar la Cruz y, por esto, Abanilla conserva un Lignum Crucis al que rinde su patronazgo con la pasión de todo un pueblo.
Visita por el patrimonio monumental de Abanilla y gran parte del legado constructivo de la Orden de Calatrava.
Esta ruta que comienza en la plaza de la Constitución (Ayuntamiento), nos hace pasar por la fuente de la calle Mayor, la cual, a través de los dibujos de sus azulejos recuerda la prolífica industria del esparto de antaño y la gran devoción de Abanilla por su patrona: la Santa Cruz. Recorriendo sinuosas calles, llegarás al lavadero municipal, de los pocos todavía en uso, por eso no será extraño que se vea a alguien lavando. Después, podrás visitar la iglesia de San José, consagrada al culto en 1712 y mandada a construir por la orden de Calatrava.
La monumental fachada de la casa Cabrera, coronada con un inmenso escudo rococó dará una pista del origen militar de sus primeros dueños. Volviendo a la plaza donde se ubica el consistorio y atravesando la calle San José, se llegará hasta el edificio público conocido como la casa de la Encomienda, lugar donde la orden recaudaba el diezmo, pasos más abajo está la Casa Pintada, o de los Enríquez de Navarra, en su portada daba cuenta en antaño que esta familia, perteneciente a la orden de Calatrava, estaba emparentada con la realeza navarra. Por último, caminando a través de la calle Francisco Salzillo, se retornará al punto de inicio, la plaza del Ayuntamiento.
Esta ruta se desarrolla por la zona más elevada de la villa y donde acaecieron los primeros asentamientos con los íberos.
Antes de la invasión árabe, Abanilla formaba parte del patrimonio territorial de un noble visigodo llamado Teodomiro. A él pertenecía Alicante y parte de la Región de Murcia, a toda esta zona se le denominó Cora de Tudmir y tenía su capitalidad en Orihuela. En el año 713, el caudillo Abdelaziz (hijo de Musa Ben Nusair- El moro Muza) firmó pacíficamente el pacto de Orihuela o de Teodomiro, en él se acuerda seguir con la administración de la Cora con la condición del pago de un tributo. En el periodo visigótico, Orihuela alcanzó altas cimas de grandeza y esplendor.
En un recorrido que comienza en la plaza del Ayuntamiento, se visitará e imaginará cómo fue la Abanilla árabe y después la cristiana, Favanella, con la importante presencia de la Orden Militar de Calatrava.
A través de la calle Mayor, se pasará por la decorada fuente (toca su agua, no está fría). Por esta inclinada calle, se llegará hasta la plaza de la Lonja, llamada así por ser el lugar donde los árabes realizaban el mercado y por la calle Subida al Castillo, se accederá a una empinada calle que conducirá a unas escaleras que llegan al Lugar Alto.
Para regresar al punto de inicio, se puede ir (si no quieres bajar los más de 180 escalones) por el conocido barrio de «La Cañada» que toma este nombre de los tiempos en los que la Orden de Calatrava tenía allí su zona de huerta.
Se pasará por la puerta de ermita de San Pascual. Después el trazado de la ruta nos llevará hasta dos de las construcciones más importantes de la Orden de Calatrava en el pueblo: la Casa Pintada y la Casa de la Encomienda y finalmente, caminando por la calle San José, concluirá la ruta en la plaza del Ayuntamiento.
+info
Barinas es una pedanía del municipio de Abanilla, situada al norte del mismo y del que la separan aproximadamente 12 kilómetros.
Se cuenta que los orígenes históricos de Barinas se remontan a la primera mitad del siglo XIX, cuando un hombre de apellido Alvarado, que llegó a España tras residir en Venezuela, adquirió unas tierras en una subasta. En este paraje edificó una casa, asentó en ella a su familia y encima de la puerta puso un nombre: Barinas, la ciudad venezolana donde él vivió.
ENTORNO NATURAL
La pedanía está situada a 379 metros de altitud (aprox.) sobre el nivel del mar. El pico Asiento es la cima más alta que tiene la Sierra de Barinas. En las faldas de esta sierra, se encuentra la fuente natural de El Algarrobo, a esta acudía la población de Barinas para tomar sus aguas, dar de beber a los animales, y lavar.
La Rambla del Zurca comienza en El Algarrobo. Es una de las cuatro ramblas afluentes del río Chícamo por su margen derecha. Se trata de una garganta en la que la erosión ha producido unas oquedades que se asemejan a nidos de abeja. Sus aguas eran aprovechadas por un viejo molino harinero conocido como “el molino del Prao”.
IGLESIA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO
La ermita fue construida a inicios del siglo XX, aunque hubo de existir algo parecido a una ermita o pequeña capilla con anterioridad, ya que la imagen de Nuestra Señora del Rosario, patrona del lugar, fue traída en romería el 20 de septiembre 1885 desde Abanilla.
Las obras de la nueva Iglesia comienzan en 1960 y para erigirla se derriba parte de la vieja ermita.
MONUMENTO AL CORAZÓN DE JESÚS
Fue inaugurado en 26 de diciembre de 1958. El monumento se sitúa en el punto más alto de Barinas. En los últimos años se han realizado unas obras de mejora del mismo, acondicionándolo como un mirador desde el que se puede contemplar el paisaje de la localidad.
EL LAVADERO
El lavadero de Barinas es el lugar donde tradicionalmente las mujeres de Barinas solían ir a lavar la ropa. Actualmente, este lugar sigue siendo frecuentado para lavar. El agua que alimenta al lavadero proviene de la fuente de Barinas.
FIESTAS
Las Fiestas Patronales en Honor a la Virgen del Rosario se celebran a mediados de septiembre y tienen como días más importantes, el 20, dedicado a la devoción a la patrona y el sábado más próximo, en el que tiene lugar el desfile de carrozas. También cabe destacar la Semana Santa con sus procesiones del Silencio, el Santo Entierro y el Encuentro, en las que participan las numerosas hermandades de la localidad.
Durante el verano tienen lugar pequeñas fiestas en los diferentes barrios, como La Vereda y Los Carujos.
En los últimos años ha adquirido importancia la Romería de la Virgen del Rosario, en la que la patrona es trasladada desde la Iglesia hasta la Fuente de El Algarrobo. Esta fiesta suele tener lugar a principios de junio.
Macisvenda es una de las pedanías más grandes del municipio. Está situada a unos 10 kilómetros de Abanilla, algunos autores afirman que su nombre es de origen árabe y parece aludir a mansión, hostería o parador. Antiguamente fue frontera entre los reinos de Aragón y Castilla.
ENTORNO NATURAL
Macisvenda no posee grandes relieves rocosos pero sí barrancos y simas en terrenos áridos.
El Chícamo, nace en los alrededores de Macisvenda. Al sur de su recorrido, se encuentra uno de los paisajes más peculiares de la región murciana. Conocida es la similitud de la naturaleza que rodea al Chícamo con Palestina, la abundancia de palmeras, sobre todo en Macisvenda, al igual que la aridez del terreno le han valido este paralelismo a los parajes de Abanilla.
IGLESIA DE MACISVENDA
Su construcción es posterior al año 1900. Está ubicada en la parte alta de la pedanía, junto a la carretera en dirección a Barinas.
Aunque Macisvenda formó parte de la parroquia de Barinas durante muchos años, la construcción de su ermita a principios del siglo XX, dedicada a la advocación de San Juan Bautista, le proporcionó su propio ámbito religioso y litúrgico. En el año 1996 se independizó de la vecina Barinas.
MONUMENTO AL CORAZÓN DE JESÚS
Macisvenda posee un monumento al Corazón de Jesús, inaugurado y bendecido el 24 de junio de 1995.
FIESTAS
Las fiestas en honor al patrón de la localidad, San Juan Bautista, tienen lugar a finales de agosto. El 29 de agosto es el día, en el santoral, de la Degollación de San Juan, en vísperas o en días posteriores se realizan actividades y actos dirigidos tanto a niños como a mayores, siendo las más destacadas el desfile de carrozas y la ofrenda floral, a la cual, sigue una misa en honor al patrón de la localidad, y la procesión con la imagen de San Juan Bautista.
En junio se suele celebrar una pequeña romería, organizada tradicionalmente por los cazadores del pueblo, que llevan al patrón hasta el nacimiento del río Chícamo. Tras el acto religioso, los vecinos comparten una comida campera.
Situada a 2 Kilómetros al noroeste de Abanilla, a la que se llega cruzando el puente sobre el río Chícamo.
Durante la época de dominio árabe, la localidad de Abanilla tuvo una estrecha relación comercial con Orihuela. La riqueza de los productos abanilleros (muchos de ellos basados en la gastronomía árabe), se vendían en el mercado del municipio alicantino. Es lógico pensar que una gran mayoría de estos productos podían proceder del entorno de la actual Mahoya, por lo que no es de extrañar que ese lugar haya sido conocido siempre como La Huerta.
ENTORNO NATURAL
Predomina la imagen de la huerta tradicional, con dominio de pequeñas parcelas y donde, desde antiguo, todos los abanilleros tenían un pequeño “bancal” en el que cultivaban hortalizas y frutas. En una misma parcela se puede encontrar frutas típicas de la zona, como los albaricoques de Damasco y de hueso dulce, peretas, brevas, peras, todo ello acompañado de hortalizas del tiempo como tomates, berenjenas, pimientos, …, en verano; mientras que en la época invernal hay que destacar las naranjas, limones, mandarinas, “granás”, habas, alcachofas… Mención especial merece la palmera datilera que reside por toda la Huerta con su majestuosidad y belleza, equiparando este paisaje con el de un oasis en medio del desierto.
Tomando la carretera que va hacia Los Baños de Fortuna, se puede ver lo que se conoce como el “paisaje lunar” de Abanilla, la ausencia de vegetación en esta zona contribuye a realzar la belleza del paisaje.
ERMITA DE LA SANTA CRUZ
La Ermita de la Santa Cruz, situada al borde de la carretera de Pinoso, es la protagonista en las populares romerías del 3 de mayo y el 14 de septiembre.
Fue construida en 1904, sustituyendo a otra más pequeña (probablemente lo que hoy es la sacristía), su ubicación responde a que por tradición se considera el lugar donde apareció la Cruz. En 1980, fue añadido el retablo de madera que procedía del seminario de San Fulgencio, en Murcia.
En su fachada destaca el balcón de la ermita, donde cada 3 de mayo tiene lugar el tradicional “baño de la Cruz” tras la apertura de “La Granada”.
FIESTAS
Mahoya celebra las fiestas más importantes de Abanilla, las fiestas de la Santísima Cruz, que se celebran en mayo y tienen como lugar de gran importancia la ermita de esta pedanía.
El día grande para Mahoya es el 3 de mayo, día en el que la Cruz sale de Abanilla en romería para su ermita en Mahoya, donde se procede al baño de la Cruz, a la bendición, al rodaje de las banderas y al día de convivencia por los parajes de La Huerta hasta el momento en el que los romeros vuelven con la Cruz a Abanilla.
A mediados de septiembre tienen lugar las fiestas patronales de Mahoya. El día 14 septiembre es el día de la Exaltación de la Santa Cruz, y en este día se traslada la patrona de Abanilla a Mahoya y en día posteriores vuelve en procesión hasta Abanilla.