ABANILLA-MAHOYA: UN CAMINO DE DEVOCIÓN

Cada 3 de mayo y 14 de septiembre (en el calendario litúrgico, días de la Invención de la Santa Cruz y de la Exaltación de la Santa Cruz, respectivamente) la Santa Cruz, patrona de Abanilla, es trasladada en romería o en procesión, desde la parroquia de San José, donde se alberga durante todo el año, hasta su ermita en Mahoya, pedanía a poco más de 2 Km. del casco urbano.

La razón por la que se lleva a la patrona hasta Mahoya es porque, por tradición se cuenta, que “a finales del siglo XIV o principios del XV, (finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna), en La Huerta (tal y como se conocía antiguamente a Mahoya), junto a la acequia mayor unos regantes que iban a tomar la tanda de agua encontraron un estuche o caja de cuero en cuyo interior había pegadas con pez griega, dos astillas de madera con forma de cruz.

Unos soldados habían dejado olvidada esta caja entre restos de comida (cáscaras de huevo). Extendida la noticia entre las gentes, se reunieron y con gran devoción fue entregada al cura de Abanilla.

La cruz se colocó en altar mayor de donde desapareció hasta dos veces, siendo encontrada en el mismo lugar donde se apareció a los huertanos, entre un haz de luz. Ante este insólito hecho en este lugar, se edificó una pequeña ermita y desde aquella fecha quedó constituida la Hermandad de la Santa Cruz.”

Representación de la aparición de la Santa Cruz. Ermita de la Santa Cruz. Mahoya
Representación de la aparición de la Santa Cruz. Ermita de la Santa Cruz. Mahoya

Capilla de la Santa Cruz. Iglesia de San José

3 de mayo. Apertura de la granada en Mahoya

El recorrido que une la iglesia de San José en Abanilla con la ermita de la Santa Cruz en Mahoya ha sido desde antaño, un camino íntimamente unido a los ofrecimientos que las gentes hacen a la Santa Cruz.  En especial, durante los meses de mayo y septiembre, es habitual encontrar a personas diariamente realizando el trayecto de ida y vuelta, para cumplir sus promesas a la Santa Cruz.

Una vía peatonal que discurre paralela a la carretera RM-A21 (1.7 Km), comienza al concluir el recorrido por el pueblo, unos metros después de pasar el paseo-jardín de la Ermita, y llega hasta Mahoya.

Las personas que realizan el trayecto por un ofrecimiento o promesa a la patrona, suelen hacer el mismo recorrido, *de ida y de vuelta, que hace la patrona el día 3 de mayo, cuando es acompañada por la soldadesca formada por capitanes, pajes y tiradores y se baña el Lignum Crucis con el agua de la acequia mayor del río Chícamo.

Ida: Iglesia de San José, C/ Corazón de Jesús, C/ Pío XII, plaza de la Constitución (Ayuntamiento), C/ San José, C/ Juan Carlos I y vía peatonal (2.43 Km).

Vuelta (con pequeña variación en el casco urbano): Ermita de la Santa Cruz en Mahoya, vía peatonal, C/ Juan Carlos I, C/ Santa Cruz, C/Francisco Salzillo, plaza de la Constitución (Ayuntamiento), C/ Pío XII, C/ Corazón de Jesús e Iglesia de San José.  (2.47 Km)

Disfruta de camino: Sea cual sea tu motivación por andarlo, disfruta del paisaje que te rodea: pasarás junto a la ermita de Santa Ana, localizada en un promontorio cercano y donde en tiempos de dominación árabe hubo una atalaya de vigilancia; caminarás sobre el puente que salva las aguas del río Chícamo, cual deja a su paso ejemplares espectaculares de la omnipresente palmera, e incluso podrás divisar las ruinas de un antiguo molino harinero. 

Entre la carretera y el puente, queda el testimonio de un viejo puente, el mismo que permitió que, en 1917, la Huerta (como se llamaba antes Mahoya) quedara comunicada con el centro urbano, tras la realización de la carretera de Abanilla a Pinoso.

Pintadas en el asfalto verás unas cruces color blanco, estos son los lugares donde los tiradores, parte de la soldadesca que acompaña a la patrona, deben realizar las descargas con sus arcabuces, días como el 3 de mayo o el 14 de septiembre.

Una vez en Mahoya, a espaldas de la ermita, corre la acequia mayor del río Chícamo, símbolo de identidad de la pedanía y donde, según la leyenda, apareció la Santa Cruz.

CAMINO DEL LIGNUM CRUCIS

Desde que, en enero de 1998, el Papa Juan Pablo II concedió la celebración en el Santuario de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca de la Cruz de un Año Jubilar “In Perpetuum” (a perpetuidad) cada siete años a partir del 2003, las poblaciones murcianas como Abanilla o Ulea, que conservan un Lignum Crucis, participan en los actos y forman parte de las rutas y caminos que se organizan, en Año Jubilar, para unir estos lugares con Caravaca de la Cruz.

El camino del Lignum Crucis, desde el último Año Jubilar, comienza en la alicantina población de Granja de Rocamora, uniéndola por etapas, a Abanilla, Ulea y Caravaca de la Cruz.

Ya puedes realizar el GR 250.1 “Camino del Lignum Crucis” adaptado y con un nuevo trazado señalizado, y como en el caso de Abanilla, en el que se ha aprovechado el “Camino 3 de Mayo” para que coincida buena parte del camino.

Más información sobre el camino: DESCARGAR

Para mayor información sobre el camino del Lignum Crucis pueden consultar la siguiente página web perteneciente al Centro de Acogida al Peregrino de Caravaca de la Cruz: https://www.peregrinosacaravaca.com/camino-del-lignum-crucis/