El Caserío, que dista 10 Km. del centro urbano, estuvo muy poblado debido al cercano nacimiento de agua. Las aguas fluyen en este lugar procedentes del drenaje natural del acuífero de la sierra de Quibas. En la actualidad su caudal es deficiente, aunque a juzgar por las canalizaciones y vestigios de otras épocas debió ser muy abundante siglos atrás.
El río cruza el término de Abanilla de N. a S. Tiene la afluencia de muchos barrancos y ramblas, como las de Balonga, Zurca y Campules. A lo largo de su historia las riadas han llegado a ser en ocasiones muy fuertes. En una de ellas rompió y arrasó el azud del Partidor, el puente de «la tía María la Reina», el badén de la carretera de Abanilla a Santomera y el cementerio de Benferri, inundando la zona del Palmeral de Orihuela. El azud del Partidor se construyó de sillería a mediados del siglo XVI para evitar en lo posible su destrucción total durante las lluvias torrenciales.
A pocos metros del nacimiento de las aguas, éstas eran recogidas por el azud construido a tal efecto y conducidas para su aprovechamiento industrial en el molino denominado del Chícamo. Se construyó en el año 1844 por la Comunidad de Regantes de la Huerta de Abajo y Sahués que lo arrendaba en puja durante cuatro años. Dejó de funcionar a principios de los años 60. En el año 2015 la Comunidad de Regantes lo rehabilitó reconstruyéndolo de nuevo y convirtiéndolo en un centro de interpretación.
Desde la salida del referido molino, las aguas discurren parapetadas por la garganta del Cajel, sobre terreno de arenisca fosilizada, que el tiempo y la erosión se han encargado de excavar y moldear a capricho.
En el año 1989 se construyó una presa cerca de La Umbría para recoger las aguas y entubarlas hasta el azud del Partidor, con la pretensión de reducir las pérdidas por evaporación y filtraciones a través de 4 Km.En el año 1933 la instalación de una pequeña central eléctrica conocida popularmente como la «fábrica de la luz» posibilitó el alumbrado eléctrico en La Umbría, Macisvenda, El Tollé, El Partidor, etc. Las aguas, al salir del molino del Chícamo, se recogían en una acequia que se construyó al efecto, por toda la escarpada cresta de la margen derecha del Cagel y tras unos pequeños acueductos de madera y un túnel se conducían hasta este lugar. Dejó de funcionar en los años 70.